A pesar de que la interrupción programada en el servicio de tarjetas de banda magnética en Cuba estaba prevista solo para la madrugada del 27 de enero, numerosos usuarios han reportado que los problemas persisten más allá del plazo anunciado por Fincimex S.A. La suspensión temporal, que afectó a tarjetas REDSA, AIS, Clásica, Visa, MasterCard, Union Pay y MIR, debía finalizar a las 6:00 a.m. del lunes, tras una actualización tecnológica en los sistemas de procesamiento de pagos. Sin embargo, en varias provincias se han registrado fallos en la operación de cajeros automáticos, transacciones electrónicas y pagos en comercios que dependen de este sistema. Usuarios afectados y respuestas oficiales En redes sociales y foros digitales, ciudadanos han expresado su frustración ante la imposibilidad de realizar compras, pagar servicios básicos o retirar efectivo. Algunos han señalado que los datáfonos en ciertos establecimientos aún no procesan correctamente los pagos con tarjeta, mientras que otros han reportado errores en las aplicaciones de pago móvil Transfermóvil y EnZona, que han presentado intermitencias en su funcionamiento. Ante la ola de reclamos, Fincimex emitió un comunicado en el que reconoce la existencia de problemas técnicos residuales y asegura que su equipo trabaja para restablecer el servicio en su totalidad. No obstante, no se ha proporcionado un plazo concreto para la solución definitiva de las fallas. Impacto en la población y el comercio El malestar entre los usuarios es evidente, especialmente entre aquellos que dependen de los pagos electrónicos ante la escasez de efectivo en el país. Comerciantes también han expresado preocupación, ya que las ventas se han visto afectadas debido a que muchos clientes no pueden completar sus compras sin acceso a sus fondos digitales. El episodio ha puesto en evidencia la fragilidad del sistema de pagos electrónicos en Cuba y la vulnerabilidad de la infraestructura tecnológica financiera ante actualizaciones o interrupciones imprevistas. Mientras tanto, la población sigue a la espera de una solución definitiva, con la incertidumbre de no saber cuándo podrán normalizarse por completo las operaciones bancarias en la isla.